Todo salió según lo previsto el Lunes Santo. Eso es garantía de éxito porque se trata de uno de los días más espectaculares de la Semana Santa granadina. La única diferencia con respecto a lo programado fue que no se apagó el alumbrado público en el retorno a su templo del Cristo de San Agustín. Al final parece que se han impuesto los criterios de seguridad. El Sagrado Protector de la Ciudad d Granada puso en la calle un cortejo cargado de intimismo y belleza, realzado por el acompañamiento musical de sus capillas y muy especialmente de la Coral Ciudad de Granada. Ni en este caso, ni en los otros encierros abundó el público. Las frías temperaturas de la noche no invitaban a permanecer en la calle, lo que contrastó con el gentío que arropó a todas las procesiones hasta su salida de Catedral.
La plasticidad de la belleza de la salida de los Dolores al atardecer por la Carrera del Darro, se vio acompañada de un cortejo que de nuevo volvió a crecer. Especialmente emocionante para CRUZ DE GUÍA la llamá que tuvimos la oportunidad de hacer en esta singular calle y por la que desde aquí mostramos nuestra gratitud. En el comienzo de este desfile, como en el encierro del Huerto se probó un sistema para facilitar la limpieza de la cera, consistente en un vehículo que precedía a la cruz de guía y humedecía el suelo, y otro al término de la comitiva que se encargaba de eliminar la suciedad de la vía pública. Habrá que hacer una evaluación definitiva, pero en principio parece que su resultado es positivo.
También resultó muy participativa la procesión del Rescate en una estación de penitencia para la historia, al cumplirse los 300 años de la bendición de una de las imágenes de mayor valor artístico y devocional de Granada. No cabe deuda de que este 2018 ha puesta definitivamente de manifiesto el cariño que tiene la ciudad por una advocación a la que el Ayuntamiento le ha entregado recientemente la Medalla de Oro.
Otro cortejo cada vez con más hermanos es el del Trabajo. A su paso por el palco municipal de la calle Ganivet y dentro del programa de la Semana Santa Accesible, promovido por la Asociación Ciudad Accesible, Ivan Cetenillo cantó una saeta traducida de forma simultánea a lenguaje para sordos.
El Huerto de los Olivos sacó una sección de penitentes con capillo, pero con la cara destapada, destinada a los más jóvenes. Este tipo de experiencias promocionan la cantera. Abrió la procesión su primitiva cruz de guía, en taracea y con apliques dorados, que con tanto mimo ha guardado la corporación durante décadas.
Ilustramos esta información con una imagen de Los Dolores a su paso por Plaza Nueva, con la Parroquia de San Gil y Santa Ana al fondo.
