domingo, 7 de abril de 2019

UNA EXALTACIÓN DE LA SAETA ACCESIBLE

El cantaor Iván Cetenillo organizó un año más la Exaltación de la Saeta. La principal novedad de esta edición es que se convirtió en una acto accesible para personas con discapacidad auditiva y movilidad reducida.

Para ello, en el caso de la accesibilidad, se eligió un templo sin barreras arquitectónicas, San Justo y Pastor, sede de la Cofradía de los Estudiantes, que colaboró activamente en la Exaltación, como también lo hizo La Ciudad Accesible. 
En el caso de la discapacidad auditiva, se contó con dos intérpretes de lengua de signos. Una fue traduciendo la Exaltación, que pronunció el autor de este artículo, y otra iba haciendo lo mismo con los textos que cantaban los saeteros, desde unos balcones situados junto al altar mayor de la parroquia. Destacó la expresividad con la que se traducían lasletras flamencas, hasta el punto de procurar reflejar los sentimientos que iban exponiendo los cantaores que fueron el propio Iván Centenillo, Sonia Leyva, Julio Alcaraz y Noelia Membrilla. A quienes tenían este tipo discapacidad, se les situó en un lugar del recinto religioso desde el que podían ver con facilidad a los intérpretes vocales, y se les dotó de un un globo para que pudiera percibir las vibraciones de las marchas que interpretó la Agrupación Musical Dulce Nombre, que participó al principio y al final del acto. En el repertorio de la jornada incluyeron un estreno, la marcha La mirada de Dios, de Alejandro Moreno, dedicada a la Hermandad de los Estudiantes y a la que se hizo entrega de la partitura.
La iniciativa de hacer partícipes de las saetas a quienes tengan discapacidad auditiva surgió en el transcurso de un programa de CRUZ DE GUÍA en el que participaron Iván Cetenillo y el Presidente de Ciudad Accesible, Antonio Tejada. Antes de esta experiencia se había llevado a la práctica una iniciativa similar con una saeta que se cantó en la calle Ganivet.