Una de las celebraciones de mayor tradición en la centenaria Archicofradía del Rosario es la festividad de la Candelaria que tiene lugar cada 2 de febrero. Los actos previstos en esta jornada han comenzado con el rezo del Santo Rosario. A continuación ha tenido lugar la procesión claustral, en torno al patio principal del Convento de Santo Domingo, con la participación de numerosos devotos que antecedían a la Virgen portando sus velas, cuyas luminarias lucia de forma especial este monumental espacio. El trayecto se ha desarrollado entre fervorosos cantos marianos, con la participación de Coro Litúrgico de Santa Cecilia, que también ha intervenido en la posterior Eucaristía. En la comitiva estaban también los mayordomos portando el Niño Jesús que habitualmente sostiene la Virgen titular de la corporación y niños portando las ofrendas: dos pichones y una tarta. Cerrando el cortejo, la imagen bajo palio y en andas, que con la advocación del Rosario custodia la Archicofradía y que procede del convento de Santa Catalina de Siena. Se trata de una talla que por segundo año consecutivo se ha podido contemplar en esta manifestación religiosa.
Durante la misa, en la que el público ha llenado el templo dominico, ha habido otro momento singular. Durante el Ofertorio se ha procedido a la bendición de los niños presentes en el templo, se ha llevado hasta el altar al Niños Jesús de la Virgen del Rosario y se ha realizado la ofrenda de los pichones y la tarta, además de la pan y el vino que posteriormente iban a ser consagrados.
Al término del acto, de acuerdo con la tradición, la Archicofradía ha invitado a los asistentes a degustar una tarta en la sacristía.
