sábado, 28 de marzo de 2020

DE SAN MARCELLO A SAN ANDRÉS: POR EL FIN DE LA PANDEMIA

Como estamos pudiendo comprobar durante estos días, a lo largo de la historia, el pueblo fervoroso se ha valido de la intercesión de las imágenes devocionales para pedir por el fin de distintas epidemias y enfermedades.


No es casualidad que el mismo Papa Francisco escogiese ayer, 27 de marzo, para presidir su extraordinaria bendición Urbi et Orbi, junto a la patrona de Roma la "Salus Populi Romani", la imagen del Cristo de San Marcello en una ceremonia que ya forma parte de la historia de la Iglesia universal. 

Bajo un cielo crepuscular, con un semblante sobrecogedor y ante el vacío de una plaza de San Pietro, totalmente sola, el Papa se convirtió en un devoto más e hizo uso de la tan antigua y popular veneración a las imágenes para entrar en contacto con Dios a través de la madera. Como si de un ceremonial postridentino se tratase, la Adoración al Santísimo Sacramento y su bendición, vino acompañada de la postración de nuestro querido Papa ante el Crucificado. Francisco, en una plegaria profunda y en un beso eterno resumió el sentir de todos los que desde el confinamiento de nuestros hogares nos unimos a su oración y pedimos a Dios por el fin de esta pandemia. 


El "Crocifisso di San Marcello", ante el que, siguiendo la tradición de varios pontífices, el Papa ya rezó el pasado 15 de marzo, ostenta una larga historia de intercesiones y milagros. Podemos decir que su fama de milagroso nace el 23 de mayo de 1519 en que resultó totalmente ileso, entre las cenizas de un incendio que asoló y destruyó su templo. Esto hizo que un grupo de fieles fundaran para su culto "la Compagnia del Santissimo Crocifisso".

Sin embargo, el suceso más relevante acaeció en el año 1522 cuando, bajo iniciativa del Cardenal Raimondo Vich, fue sacado en procesión de penitencia desde San Marcello en el Corso hasta la basílica de San Pietro para pedir por el fin de una peste. Según las crónicas, ésta remitió aquel mismo 4 de agosto. 


El paralelismo granadino al Crucifijo de San Marcelo lo encontramos en el Cristo de la Salud de San Andrés, imagen que intercedió en el año 1679 en una peste bubónica que asolaba la ciudad de Granada. En concreto fue en una de las procesiones que presidió, desde su templo hasta el arco de Elvira, en la que actuó sanando a los enfermos que se emplazaban en ese lugar, extramuros de la ciudad. El hecho milagroso fue escenificado por una paloma que le acompañó durante el recorrido y se posó sobre sobre su brazo derecho, según una leyenda. 


El Cristo de San Andrés fue desde entonces procesionado en rogativa ante distintas epidemias y también fue nombrado titular de una cofradía, cuyos cofrades recibieron indulgencias del Papa Clemente XIII en 1765. Junto a la actuación en la peste, de nuevo encontramos similitudes entre la imagen granadina y la italiana en un suceso ocurrido el 7 de agosto de 1818. Dicho día nuestro Cristo salió ileso de un incendió que afectó gravemente a su templo de San Andrés en la madrugada, destruyendo todos los altares.

Por último, desde estas líneas hacemos llegar nuestra cercanía y cariño a todos los cofrades granadinos que lo están pasando mal por el Coronavirus y a sus familiares. Animamos a todos a unirnos en la oración ya que, como bien dijo ayer el Papa, es el arma más poderosa del cristiano. No olvidemos que teniendo a Cristo nada hay que temer. 

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