Semana Santa en Eslovaquia (II)
El Sábado Santo, o Sábado Blanco que es como es conocido en
Eslovaquia, se llama blanco por la nueva luz que se enciende. Se sigue sin
comer carne como regla general, porque, aunque la Iglesia ya lo permite, Cristo
no ha resucitado todavía y por lo tanto hay que ser lo más austero posible.
Tampoco se suele oír la radio en los hogares o trabajar en el campo. Los
creyentes visitan al Santo Sepulcro situado en una de las naves de la iglesia
al que se acercan de rodillas desde el final de la nave. La Vigilia Pascual
empieza después de la puesta del sol, que suele ser a las 19.30. Antes, en la
entrada a la iglesia, se quema una hoguera que representa a Judas y su
traición.
El Domingo de Resurrección es la fiesta más grande del año litúrgico. Se vuelven a oír las campanas, y el órgano de la iglesia que llena a tope y donde se oye a cantar ¡Aleluya, Cristo ha resucitado!
Reflexión final para una Semana Santa diferente
Este año nos espera una Semana Santa diferente. Estamos encerrados en
casa, algunos, los más afortunados, con sus seres queridos, mientras que a
otros nos ha tocado estar completamente solos. No podemos salir a la calle, no
podemos participar en la Eucaristía, dar un paseo por la ciudad, salir a ver
las procesiones, ya sea de forma activa o pasiva.
Se dice que el hombre propone y Dios dispone. Aunque soy de Eslovaquia vivo en Granada. Yo le pedí a Dios disfrutar de mis seres queridos en Semana
Santa, y él me ha regalado soledad para que descubra en ella lo mucho que los
quiero. Le pedí a Dios aprovechar estos días para montar en mi nueva bici, y él
me ha regalado la cuarentena para que descubra en ella lo efímeros que son los
objetos materiales. Le pedí a Dios encontrar tiempo durante la Cuaresma para
asistir a Misa no tan solo los domingos, y él me ha dado la posibilidad de
seguir la Misa a diario sin salir de casa siquiera. Y también, todo hay que
decirlo, estaba esperando la Semana Santa con cierta ilusión para no tener que
madrugar tanto… ¡y Dios me ha dado un mes y medio! Me ha dado infinitamente más
de lo que se me ha ocurrido pedirle. Pero sobre todo me ha hecho comprender las
palabras de Santa Teresa de Ávila -Quien a Dios tiene, nada le falta: solo Dios
basta-.
No hay mal que por bien no venga. Por lo tanto, te deseo, querido cofrade cristiano, que vivas esta
Semana Santa con ilusión, porque la Semana
Santa no se ha suspendido, y con alegría, porque un cristiano triste es un
triste cristiano.