miércoles, 15 de enero de 2014

CABECERA MES DE ENERO


CABECERA MES DE ENERO

 

La cabecera de este mes nos presenta un conjunto de tres imágenes, con tema común, el Niño Jesús, que intentan simbolizar este tiempo intermedio entre Navidad y Cuaresma, representando un poco la infancia del Mesías Nacido entremezclada con Su futuro como Hijo de Dios, Salvador, hecho hombre, y la visión de lo que será la Pasión de Jesucristo.

Para reflejar todo esto, siguiendo la lectura de la composición, de izquierda a derecha, observamos como eje de arranque la figura de la Virgen María sosteniendo en Sus brazos a Jesús en sus primeros días sobre la tierra, y a su vez, mirando la segunda imagen, como comenzando a adivinar lo que el tiempo deparará para Su Hijo.

En la mencionada segunda representación de Jesús, podemos ver como Éste aparece sosteniendo la cruz sobre su hombro derecho y, a la vez, tirando de una cuerda que le sirve de guía a un pequeño cordero, simbolizando todo esto, el camino de amargura que recorrerá Jesucristo durante toda la Pasión, como Pastor de Su pueblo, al que dirige hacia la Salvación Eterna por medio de Su padecer. Para plasmar este momento he creído oportuno reproducir la imagen del Niño Dios con la cruz al hombro, obra pletórica de Manuel González, que se encuentra ubicada en el realejeño Convento de las Vistillas, y que en mi opinión, es una de las representaciones escultóricas más acertadas de la imaginería religiosa, presente en la actualidad en nuestra querida ciudad de la Alhambra.

Por último, en el lateral izquierdo de la visión del observante, podemos ver una representación del Niño Jesús de la espina, apareciendo el mismo abrazando la cruz de la Pasión con todo Su brazo izquierdo, y mostrando la palma de Su mano derecha en la que aparece clavada una espina. Esta representación nos muestra como Jesús, desde Su aparición en la tierra, acepta Su destino como Salvador de la Humanidad, y abraza la cruz y muestras Sus llagas para decir al mundo que no debe temer por nada, pues Él ha bajado para redimirnos de cualquier sufrimiento y pecado.

Finalmente, todo queda resaltado en color morado, para ir adecuándose al tiempo pasional e ir acercándonos un poco a la figura de Jesús Nazareno en su Pasión Redentora.
Y con este texto, queda plasmado en palabras lo que se quiere representar con esta nueva cabecera de la que os hacemos partícipes, esperando que sea de vuestro agrado y dejándoos emplazados para la próxima, que nos irá adentrando aún más en la Cuaresma del presente 2014.