Granada, tiene
hoy su corazón depositado en la Iglesia de Santa María Magdalena, allí, una de
sus devociones de cabecera, La espera, para recibir las oraciones, los besos y
el fervor de un pueblo que lo venera como su Señor.
Pero… ¿De dónde
procede esta devoción tan popular? ¿Cómo surge? ¿Cómo y Cuando llega a Granada? A lo largo de estas líneas vamos
a tratar desvelar, someramente, cuales
son los principales hitos que rodean a esta populosa devoción.
Durante gran
parte del siglo XVII, las naves españolas se vieron obligadas a combatir en
nuestras costas mediterráneas los continuos ataques de los piratas berberiscos.
Con el objetivo de tomar ventaja sobre el ejército infiel, la armada española
se ve obligada a tomar algunas plazas fuertes del norte de África como por
ejemplo Mámora. En dicho
lugar, se mando construir una fortaleza, en cuya capilla se deposito la imagen
de un Nazareno, salida de la escuela sevillana. En Abril de 1680, el Sultán
Musley Ismael toma la plaza junto a todos los cristianos que la habitaban,
pasando a formar parte del botín de guerra el Divino Simulacro. La Orden de
la Santísima Trinidad, ante tan desafortunado suceso, comienza a negociar con
Musley el rescate de los cautivos cristianos, hechos esclavos, poniendo en praxis
su carisma.
En pleno
proceso de negociación, Fray Pedro de los Ángeles, presencia la trágica escena
en la que los sarracenos arrastran la sagrada imagen de Jesús Nazareno, por las
calles y plazas de la ciudad. Horrorizado ante tan cruenta imagen, el fraile
trinitario comienza a reunir los fondos necesarios para rescatar del cautiverio
a la Sagrada Imagen, contribuyendo en esta empresa, con sustanciosas sumas de dinero,
algunas de las familias nobiliarias más importantes del momento. Una vez libera
la imagen cautiva, se le coloco sobre el pecho un escapulario blanco con una
cruz azul y roja, distintivo que se imponía a todos los recatados por la orden
religiosa.
Sobre el
pago por el rescate de la imagen, han sido muchas las leyendas que se han extendido,
destacando aquella que cuenta que el Sultán pidió el peso de la imagen en oro.
Cuando llego el momento de pesar al Divino Simulacro, advirtieron que su peso
se correspondía con el de treinta monedas de oro, lo que coincidía en número
con la cantidad de monedas que percibió Judas por traicionar a Nuestro Señor Jesucristo.
La imagen fue llevada a Madrid donde pronto gozó del fervor del pueblo
madrileño, y prueba de ello, es que los Duques de Medinaceli mandan erigir un
templo que consagrarían a la imagen del “Cautivo”. Es por ello que la imagen se
conoce popularmente como Jesús de Medinaceli. Pero la devoción no quedo
reducida al ámbito madrileño, sino que pronto se convertiría en una de las devociones
trinitarias por antonomasia, estando presente en todo aquellos lugares donde la
orden estaba asentada. De este modo, nace para la historia de la iconografía,
una nueva representación de Cristo, que según los expertos en un primer momento
poseía una cruz que cargaba al hombro y que debió perder durante su martirio en
tierras argelinas.
Fue en el año
1718 aproximadamente cuando en el taller de Diego de Mora emerge la imagen que jamas fue cautivada, sino que en este caso, fue la encargada de cautivar y hacer presos de su amor, a los
corazones de generaciones y generaciones de granadinos. En ese
mismo año posesiono desde el Cenobio de Trinitarios Calzados, sito en la actual Plaza de la Trinidad, hasta el de los Descalzos de Nuestra Señora
de Gracia, donde seria entronizado, en capilla propia con puerta independiente al templo, hoy sacristia de la Iglesia de Nuestra Señora de Gracia. Según las crónicas de la época, ya desde ese
momento se podía palpar el impacto que creó el Divino Cautivo entre la población
granadina. Una imagen que en un primer momento seria venerado por la Cofradía Trinitaria
de Redención de Cautivos de Granada y a partir de 1925 por su actual Cofradía.
Tres
siglos de historia, en los que ha recibido el fervor de
Granada a través de besapies, quinarios, septenarios, novenas, procesiones etc…hasta
llegar a convertirse una Imagen que arrastra la devoción de miles de granadinos
que lo veneran como Señor de la Ciudad. Hoy como nuestros antepasados hicieron y haran nuestros hijos, tenemos una cita con el Dios que sustenta los cimiento de Granada......